La climatización es uno de los componentes con más peso dentro de la factura energética que pagan los negocios y también uno de los que ofrecen mayor margen para el ahorro. Adoptar medidas para ahorrar calefacción reduce el consumo de energía, disminuye un coste recurrente con un elevado peso sobre las cuentas de muchos negocios y evita el despilfarro energético.
Los consumos asociados a la climatización son importantes ya que son continuos a lo largo del año. En invierno por el uso de las calefacciones y en verano por el uso de la climatización y ventilación de locales e instalaciones. Las medidas de eficiencia energética, nos permiten mejorar el rendimiento de nuestras instalaciones sin renunciar al confort de los usuarios. Existen algunas medidas que se pueden adoptar y que pueden redundar en excelentes beneficios a corto plazo.
Elegir el sistema de calefacción más adecuado
Si te estás planteando la instalación de un sistema de calefacción en tu empresa o renovar el existente, conviene que te consideres previamente cuál puede ser el más adecuado. Para ello, deberás tener en cuenta aspectos como el tipo de instalaciones que hay que calefactar o la actividad a la que se dedica tu negocio, ya que no es lo mismo acondicionar un hotel que una pequeña oficina, o que la ubicación del local sea en Valencia que en Burgos. La instalación tiene que estar adaptada a la superficie, orientación del edificio, zona geográfica, etc.
Seleccionar la temperatura correcta
Si el frío llega de repente, la tentación de subir el termostato para calentar cuanto antes las instalaciones es fuerte. Sin embargo, esta práctica solo consigue disparar el consumo de energía de la empresa con escasos resultados, ya que de esta manera no se consigue subir la temperatura más rápidamente. Siempre como norma general, hay que evitar variaciones extremas de temperaturas y mantener las instalaciones a una temperatura mínima (en el caso de la calefacción).
Es imposible establecer una regla general para todas las empresas, ya que el uso que hacen de la calefacción puede variar mucho en función de su actividad. Sin embargo, lo recomendable en espacios como las oficinas consiste en establecer la temperatura entre los 20ºC y los 21ºC.
Si las instalaciones se ventilan manualmente, conviene moderar el tiempo durante el cual se lleva a cabo esta operación. Es posible que con solo diez minutos sea suficiente para renovar el aire sin que se produzcan pérdidas importantes de temperatura. Hay que tener en cuenta que cada grado de más puede tener un impacto importante sobre la factura energética del negocio.
En este sentido, resulta importante que los empleados estén concienciados sobre un buen uso de los aparatos de calefacción. Un objetivo que se puede conseguir más fácilmente si la empresa establece una política medioambiental que fomente la responsabilidad del personal en el consumo de energía.
Encender la calefacción cuando se necesita
Lo más conveniente es establecer y programar unas horas de encendido y apagado de la calefacción en función del horario en el que hay personas dentro de las instalaciones.
Si la empresa tiene un horario de actividad exclusivamente diurno, puede ser recomendable apagar la calefacción por la noche y encenderla de nuevo poco tiempo antes de que llegue el personal. También conviene, si es posible, cerrar persianas y cortinas durante las horas nocturnas para aumentar el aislamiento de las estancias.
Sin embargo, en este punto conviene preguntar al proveedor del sistema de calefacción sobre cuál es la mejor estrategia para establecer los horarios de uso. Por ejemplo, no es lo mismo utilizar un sistema de calefacción por suelo radiante diseñado para un funcionamiento constante, que uno convencional por bomba de calor.
Mantener correctamente la calefacción
Revisar periódicamente el funcionamiento de los radiadores, purgarlos si es necesario o comprobar que la caldera no presenta desajustes que puedan disparar la factura son algunos ejemplos de correcto mantenimiento de los sistemas de calefacción.
El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) estima que una caldera con un adecuado mantenimiento puede llegar a ahorrar en torno al 15% en el consumo de energía.
Aislar convenientemente las instalaciones
Además de elegir un sistema de calefacción eficiente, es muy importante que las instalaciones donde vaya a funcionar estén correctamente aisladas. Cambiar unas ventanas viejas por otras más modernas y aislantes puede suponer una diferencia muy importante en la factura energética de la compañía. De hecho, utilizar sistemas de doble acristalamiento reduce prácticamente a la mitad la pérdida de calor respecto al acristalamiento sencillo. Igualmente evitar todo tipo de filtraciones de aire en los bordes de las carpinterías.
Lo mismo sucede con las puertas y las paredes, que contribuyen a mantener la temperatura adecuada evitando que el calor se escape. Según el IDAE, la instalación en los muros de una capa de 3 cm de corcho, fibra de vidrio o poliuretano tiene la misma capacidad aislante que un muro de piedra de un metro de espesor.
Tampoco se deben perder de vista otros lugares por los que se puede escapar el calor, como marcos y molduras de puertas y ventanas, cajetines de persianas enrollables sin aislar o tuberías y conductos.
Obtén asesoramiento para escoger la mejor tarifa de luz
Si el sistema de calefacción de tu negocio funciona con energía eléctrica, es importante que la contratación del suministro sea supervisada por un especialista. Establecer la potencia adecuada, elegir la tarifa más conveniente o compensar adecuadamente la energía reactiva pueden marcar la diferencia en el pago de la factura de la luz.
TotalEnergies pone a tu disposición su equipo de expertos, que podrán ayudarte a elegir la solución energética más adecuada para tu negocio.
El establecimiento de estas medidas puede significar un ahorro importante para una empresa. Realizar un buen uso de la calefacción es una buena estrategia para recortar costes y mantener una política energética sostenible.