Actualmente, existe una mayor conciencia sobre la importancia de reducir el consumo energético y apostar por la sostenibilidad de los recursos. Entre todas las medidas a adoptar destacan aquellas que tienen como objetivo mejorar la eficiencia energética en la construcción.
Hay dos aspectos fundamentales cuando hablamos de eficiencia energética en la construcción: el ahorro de recursos energéticos y la reducción en la emisión de gases contaminantes con impacto para el medioambiente. Esto es algo que, hasta hace poco, parecía exclusivo del sector industrial y del automovilístico ya que eran considerados los máximos contaminantes y los responsables del consumo excesivo de los recursos energéticos, sobre todo, los que provienen de fuentes no renovables.
Pero lo cierto, es que, gracias a los avances obtenidos en estudios medioambientales, se ha visto clara la obligación de incorporar a la construcción como uno de los sectores en los que se debe aplicar las políticas efectivas de eficiencia energética. De hecho, uno de los pilares del Pacto Verde Europeo para llegar a la neutralidad climática en 2050, es la eficiencia energética en la construcción.
Importancia de la eficiencia energética
Basta con que nos quedemos con un dato para ser conscientes de la importancia que tiene la eficiencia energética en un edificio: en nuestro país estas construcciones suponen casi el 40% de la demanda energética total y genera más del 33% de las emisiones totales de CO2. Por eso, los edificios con eficiencia energética no solo permiten ahorrar energía, sino que además disminuyen de manera significativa el impacto medioambiental.
La eficiencia energética se basa en el uso optimizado de los recursos energéticos. Actualmente, las constructoras y promotoras acometen obras que se denominan Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN o nZEB en inglés), que se recoge en el Código Técnico de la Edificación (CTE). Son construcciones con una gran eficiencia energética, cuyo diseño está pensado para lograr reducir al mínimo la demanda y el consumo energético en los sistemas de calefacción, refrigeración, ventilación e iluminación.
Además, la nueva Directiva (UE) 2023/1791 establece un marco común de medidas para fomentar la eficiencia energética dentro de la Unión Europea cuyo objetivo es cubrir las necesidades legislativas finales que ya se iniciaron en la Comisión de julio de 2021, como parte del paquete Fit for 55 y la propuesta adicional del plan REPowerEU en 2022.
Entre los puntos más importantes podemos destacar los siguientes:
Requisitos mínimos de eficiencia energética: los estados miembros de la Unión Europea están obligados a establecer una serie de normas para asegurar que los edificios antiguos rehabilitados o los de nueva construcción cumplan con los estándares mínimos de eficiencia energética.
Certificación energética: se exige que los edificios cuenten con el certificado de eficiencia energética donde aparezcan los datos de su eficiencia energética y la calificación en términos de consumo de energía.
Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN o nZEB en inglés): son construcciones que logran un rendimiento energético muy alto, mientras mantienen una demanda de energía muy baja, la cual proviene de fuentes renovables. Tienen que cumplir con los requisitos de ser edificios de consumo casi nulo.
Renovación de edificios: se promueve la renovación energéticamente eficiente de los edificios ya construidos para mejorar así su rendimiento energético.
Promoción de las tecnologías renovables: se fomenta la incorporación de tecnologías renovables en los edificios, como son las placas fotovoltaicas o los sistemas de calefacción y refrigeración de bajo consumo.
¿Cómo lograr la eficiencia energética en proyectos de construcción?
En lo relativo a la eficiencia energética, existen distintas medidas que se deben adoptar a la hora de afrontar un proyecto en el sector de la construcción:
Medidas pasivas: Son aquellas que aprovechan las condiciones del entorno para reducir el consumo energético del edificio y obtener un ahorro económico a largo plazo.
Diseño bioclimático: para reducir al máximo la demanda energética en la calefacción, la refrigeración, el agua caliente y la iluminación. En este sentido, es clave que se tenga en cuenta el entorno, la orientación y la zona climática del edificio.
Aislamiento término o hermético: aplicable a toda la envolvente del edificio. Para ello es importante detectar en qué zonas se producen las fugas ya que se estima que el 35% se dan en las paredes y fachadas, el 25% en el techo y un 10% a través del suelo o de los cristales.
Sistema de ventilación eficaz: para garantizar la eficiencia energética del edificio es fundamental que los sistemas de ventilación mecánica instalados sean eficaces, especialmente los que son de doble flujo, ya que se puede llegar a derrochar hasta un 20% de energía a la hora de renovar el aire del interior de un edificio.
Medidas activas: son las que necesitan sistemas mecánicos para minimizar el consumo energético y fomentar el empleo de fuentes de energía renovable.
Sistemas de climatización de alta eficiencia, ventilación y sistemas de iluminación artificial: si se combina con el aislamiento térmico y los sistemas que controlan el consumo, el ahorro energético puede incluso llegar al 70%.
Medidas de generación de energía de origen renovable: la generación de energía solar fotovoltaica y la energía solar térmica. Es clave la incorporación de la biomasa, la aerotermia, la geotermia, la energía solar térmica y la fotovoltaica para que las edificaciones sean más eficientes energéticamente.
Medidas de gestión energética: monitorizar y analizar las posibles variables de la adquisición, transformación y consumo de la energía, para poder identificar oportunidades de mejora y mejorar el rendimiento energético.
Además, la elección de los materiales de construcción juega un papel fundamental a la hora de mejorar la eficiencia energética en los edificios. Por eso, las empresas del sector están trabajando por desarrollar tecnologías más eficientes e innovadoras que respondan a una construcción sostenible.
El objetivo es poder reducir el consumo energético en los procesos de fabricación, evitando los materiales no reciclables o contaminantes, y siendo fiel a un sistema sostenible de producción que respete el medioambiente.
Beneficios económicos y medioambientales
Las construcciones eficientes no sólo contribuyen al cuidado del medio ambiente, al reducir el porcentaje de emisiones contaminantes, sino que también reducen los gastos energéticos y económicos. Pero existen otras muchas ventajas que tiene la eficiencia energética en la construcción:
Respeto por el medio ambiente: la eficiencia energética de los edificios es clave para la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera que, además, requieren de una menor demanda energética. Así se evita el desabastecimiento de los recursos de nuestro planeta.
Ahorro económico: un edificio que tenga un aislamiento adecuado y cuente con aparatos eficientes, evitará gastos innecesarios en iluminación, calefacción y aire acondicionado. Lo que supondrá un ahorro en la factura de la luz.
Mayor confort: una temperatura adecuada gracias a la eficiencia energética de los edificios permite disfrutar de un ambiente más confortable. Además, un buen aislamiento también trae mejoras acústicas que mejoran la calidad de vida.
Beneficios fiscales: actualmente existen ayudas y subvenciones públicas para implementar la eficiencia energética en la construcción de edificios. Incluso, pueden verse beneficiados con reducciones fiscales.
Rentabilidad: aunque el gasto que conlleva la rehabilitación o la construcción de un edificio eficiente es elevado, lo cierto, es que en un breve periodo de tiempo dicha inversión se verá amortizada, gracias al ahorro energético.
Mejor calidad del aire: los sistemas de ventilación eficientes permiten regenerar el aire y conseguir que la calidad del aire sea mayor.
Mayor durabilidad: la calidad de los edificios eficientes es mayor y eso va a permitir una mayor durabilidad, es decir, durarán en las mejores condiciones durante más tiempo.
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