Es innegable que la agricultura es una actividad esencial para el desarrollo de la economía española, aunque su consumo energético también puede llegar a ser muy elevado. Si quieres saber de qué manera se pueden aplicar las energías renovables a este sector para así poder reducir tus gastos y hacer que tu negocio sea más sostenible, no pierdas detalle.
Electricidad en la agricultura
El uso de la energía, en especial de la eléctrica, en la actividad desarrollada por la agricultura es primordial para su buen desarrollo. De hecho, es usada de formas muy diferentes: en drenajes y bombeos de agua, para hacer funcionar la maquinaria necesaria, en calefacciones para invernaderos, en el transporte de los productos tanto dentro de las propias fincas como hasta los centros donde se comercializan estos, en la transformación de los alimentos o en su propia conservación. El uso de la electricidad permite, por tanto, que los diferentes sectores de la agricultura nacional, como pueden ser los de regadío o secano, realicen su producción de manera efectiva.
Por ejemplo, la agricultura de regadío es fundamental dentro del sistema agroalimentario nacional, ya que aporta más del 50% de la producción final de este sector al mismo tiempo que ocupan solo un 13% de la superficie agrícola de España. Sin embargo, su consumo energético se encuentra en aumento. De hecho, según se afirma en el Plan Nacional de Regadíos (PNR), los bombeos y las diferentes labores de riego consumían en 1995 la cantidad de 1.261 ktep (miles de toneladas equivalentes de petróleo), de los cuales 613 ktep fueron de consumo eléctrico. En los últimos años el consumo energético de los programas de regadío ha aumentado 759 GWh.
En general, la agricultura es una actividad basada en balanzas energéticas; es decir, para que exista un beneficio, la energía aportada, a parte de la natural (sol, lluvia etc.), debe ser menor que la resultante en forma de cosechas. Depende, además, de forma directa de recursos naturales como el agua, la energía solar, el aire o el suelo, recursos cuya demanda va en aumento, así como también su escasez. Por ello, el buen uso de los recursos y su sostenibilidad son objetivos primordiales para este conjunto de actividades.
Tal y como veremos a continuación, durante los últimos tiempos la tecnología eléctrica, como la energía eólica o la fotovoltaica, está aportando importantes cambios y avances dentro del sector de la agricultura.
Energías renovables en la agricultura, ¿ya son una realidad?
Gracias a los avances que ha experimentado el sector energético a lo largo de estos últimos años, las energías renovables ya son una realidad dentro de la agricultura. Aunque es cierto que gracias a las fuentes de energía tradicionales el sector agrícola ha llegado a aumentar más del triple desde 1969, ha llegado el momento de comenzar a sustituirlas por otras más limpias y sostenibles.
Las energías renovables ya están incluidas en su actividad por más de 250 proyectos agrícolas. Este tipo de energía ya se aplica en bombeos, maquinarias, el calentamiento de invernaderos, el transporte de productos y material o la conservación de los alimentos.
A mayor demanda eléctrica, mayor necesidad del uso de la energía verde
El uso energético en la agricultura es cada vez mayor, y con ella la necesidad de utilizar una energía verde y sostenible. Un buen ejemplo de esto es su uso en los sistemas de bombeo, que tanto han ido en aumento durante estos últimos años. Tras una progresiva modernización de los sistemas de riego de los 3,4 millones de hectáreas de regadío que existen en España, se estima que el 70% se riega mediante aspersión o goteo y el 30% por gravedad. La gran ventaja que ofrecen estos nuevos riegos por goteo con sistemas de bombeo es su mayor eficiencia, pero a costa de asumir un mayor consumo energético.
Una buena solución a este problema son las fuentes renovables o verdes. Aunque son varias las que pueden usarse, en España la que más beneficios aporta es la energía solar o fotovoltaica debido a que las horas con mayor intensidad solar son las de mayor necesidad de riego. Además, la energía solar puede aplicarse en cualquier tipo de bombeo y de cultivo.
Los cultivos que ya disponen de riego con energía solar fotovoltaica no solo hacen un uso más sostenible y limpio de la energía, sino que disminuyen de manera considerable su gasto energético, aumentando su rentabilidad y su beneficio.
Cultivos energéticos
El Plan de Energías Renovables (PER), aprobado por el Consejo de Ministros, tiene como objetivo ocupar el 12% del campo de cultivo con cultivos energéticos. Dentro de este porcentaje más de la mitad pretende ser con bioenergías como las biomasas, productos obtenidos por medio de fotosíntesis y que pueden ser transformados en combustibles explotables por los humanos.
Según los datos aportados por la Agencia Europea del Medio Ambiental (EEA), en 2004 comenzaron a plantarse las primeras 6.800 hectáreas de cultivos energéticos. Al año siguiente esta cifra aumentó hasta las 25.610 y en los años posteriores llegó hasta las 223.467 hectáreas. Del mismo modo, la EEA prevé que para el año 2030 la Unión Europea produzca 147 millones de ktep, con casi el 90% de producción agraria en siete países entre los cuales se encuentra España. Se pretenden sustituir los cultivos de larga rotación por los anuales, algo que se podrá conseguir, sobre todo, cuando se puedan comercializar los biocarburantes basados en la madera o la hierba.
Obstáculos en el futuro de un sector agrario renovable
A pesar de todo esto, conseguir que el sector agrario del futuro llegue a utilizar exclusivamente energías renovables no es tarea fácil. Durante siglos la agricultura fue una actividad sostenible por sí misma, puesto que en pocas ocasiones necesitaba de energía adicional a la solar. Sin embargo, actualmente, gracias al crecimiento masivo que ha experimentado consume una gran cantidad de energía fósil no sostenible. De hecho, la mayoría de actividades que desarrolla el sector agrícola requieren un gran consumo de gasóleo o de electricidad. Ya sea para los propios invernaderos, para los medios de transporte, para hacer funcionar la maquinaria o, como hemos visto, incluso para el propio regadío se utilizan este tipo de energías no renovables.
En TotalEnergies no solo ofrecemos soluciones a estos obstáculos presentes en el sector agrario, sino que ya hemos puesto varias de ellas en marcha. Un buen ejemplo, es el desarrollo y explotación de parques solares y/o eólicos y la facilitación de servicios fotovoltaicos descentralizados en puntos de suministros industriales.
De hecho, a finales de 2021 pusimos en marcha nuestra mayor planta de energía solar en Francia. El parque, ubicado en Gien (Loiret) cuenta con 126.000 paneles fotovoltaicos en 75 hectáreas y con una capacidad de 55 MW. Gracias a esto, se estima que producirá 64GWh al año, energía equivalente al consumo de 38.000 personas. Además, también hemos llevado a cabo las medidas necesarias para proteger la biodiversidad y que la planta solar no afecte a la naturaleza local. Un ejemplo de esto es la fabricación de refugios para murciélagos y la construcción de un estanque para fomentar la reproducción de peces y anfibios.