Para cualquier empresa lograr una eficiencia energética es primordial ya que el ahorro de energía supone una importante reducción en las facturas de luz y gas de la compañía y en la generación de residuos, lo que hace a la compañía más sostenible. 

 

Estudios publicados por el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, demuestran que las medidas de ahorro de energía en la oficina no conllevan necesariamente una gran inversión económica. Muchas veces con poner en práctica acciones cotidianas que ayuden a conseguir un cambio en el comportamiento de los trabajadores es suficiente. 

 

Toma nota que te vamos a enseñar una serie de tips para ahorrar energía en la oficina: 

  • Mantén una temperatura constante en la oficina. 

  • Comprueba que todos los filtros de los aires acondicionados estén limpios. 

  • Utiliza termostatos y sistemas de apagado que sean automáticos. 

  • Utiliza equipos informáticos con alta eficiencia energética. 

  • Coloca regletas con interruptor para que los equipos que estén conectados a ella se queden totalmente apagados con solo dar a un botón y no se queden en modo stand by. 

  • Sustituye la luces halógenas o fluorescentes por iluminación LED. 

  • Apoya la iluminación con luz natural. 

  • Aprovecha la orientación de la oficina para regular la temperatura según la incidencia del sol. 

  • Instala cristales dobles para aumentar el aislamiento térmico. 

 

El objetivo es reducir el consumo, es decir, te damos estos consejos para ahorrar energía en la oficina al máximo sin que afecte al bienestar de los trabajadores y sin que suponga para la empresa una gran inversión. 

 

Climatización

Los sistemas de climatización son necesarios en el trabajo para hacer confortables los espacios de trabajo, pero también son los responsables de cerca del 50% del gasto energético de una oficina.

 

Por ello, para hacer sostenible y eficiente el sistema de climatización, se debe mantener una temperatura constante en el espacio de trabajo. En verano, se recomienda que la temperatura del aire acondicionado se sitúe entre los 24 y 26º C, y que en invierno la calefacción no se supere los 21º C. Recuerda que la variación de un solo grado puede suponer un ahorro de entre el 6-10%. Además, puedes regular la apertura o cierre de las persianas en función de la orientación de la oficina para aprovechar la luz del sol y si quieres que el ahorro energético sea mayor, coloca doble cristal en las ventanas ya que la cámara de aire que se forma entre los dos cristales funciona como un aislante muy eficaz. 

 

Otro consejo es que los trabajadores no tengan acceso al regulador de temperatura ya que, por ejemplo, los cambios bruscos de temperatura en los sistemas de climatización suponen un incremento considerable en el consumo de energía. Además, las averías de estos sistemas tienen mucho que ver con el mal uso de los reguladores de temperatura.

 

Por último y teniendo en cuenta que el 50% de la energía consumida para climatizar un espacio laboral se realiza en horarios sin actividad. Es fundamental que la oficina cuente con termostatos o sistemas de control del encendido y apagado que funcione de manera automática. 

 

Iluminación eficiente

La iluminación es otro de los factores más importantes a valorar en cuanto al ahorro energético en una oficina. Es cierto, que una correcta iluminación ayuda a crear un ambiente agradable de trabajo, pero también puede suponer el 30% del consumo energético total en las oficinas. 

 

Para que una empresa pueda ahorrar en la factura de la luz, lo mejor es tener un sistema de iluminación de bajo consumo ya que con bombillas LED se puede ahorrar hasta un 70% en la factura de la luz, además de ser más duradera. También es recomendable instalar detectores de presencia en las zonas de paso y acceso, como los garajes, servicios o almacenes y así evitar que se queden las luces encendidas, sin necesidad.

 

Otra forma de ahorrar energía en la oficina es aprovechando la luz natural, manteniendo las persianas abiertas o cambiando la distribución de las mesas de trabajo. A veces olvidamos que muchas de las medidas de ahorro que tenemos en casa, se pueden aplicar también en la oficina, como por ejemplo apagar la luz artificial si con la natural es suficiente o apagar las luces de una sala que se queda vacía, etc. Siempre teniendo en cuenta el bienestar y el confort de los empleados cumpliendo con las medidas de prevención de riesgos laborales. 

 

Gestión de equipos y dispositivos

En cuanto a los equipos y dispositivos que tenemos en una oficina, siempre debemos tener en cuenta la eficiencia energética de los mismos. Esto es lo que determina cuánta energía consume un dispositivo, y puede suponer un gran cambio en la factura de luz. 

 

Por lo general, los aparatos más antiguos tienen menos eficiencia energética y pueden ser un obstáculo para ahorrar energía en la oficina. Por eso, siempre que sea factible es aconsejable renovar o actualizar los equipos, y que las nuevas adquisiciones cuenten con la mejor eficiencia energética.

 

Piensa que los dispositivos de una oficina como pueden ser los ordenadores, las impresoras, las fotocopiadoras y los faxes, pueden llegar a consumir hasta el 30% de la electricidad de una empresa. Entre ellos, las impresoras láser y los ordenadores personales o pc, dado su gran número en las oficinas son responsables de la mitad del gasto energético. Por eso, existen algunos consejos que debes tener en cuenta para ahorrar energía durante tu jornada laboral: 

 

  • Apaga el ordenador o ponlo en hibernación cuando no vayas a usarlo durante más de 1 hora. 

  • Activa el modo de ahorro de energía que muchos ordenadores de sobremesa y portátiles lo tienen. 

  • Pon el equipo en modo suspensión en el caso de pausas más cortas, de entre 10-30 minutos.

  • Regula el brillo de la pantalla del ordenador al mínimo posible manteniendo el confort visual y apaga la pantalla del ordenador si no vas a usarlo durante más de 10 minutos. 

  • Acumula los trabajos para imprimir todo de una sola vez. 

  • Programa el apagado total de los sistemas informáticos fuera del horario de oficina. 

  • Mantén los sistemas de refrigeración de los ordenadores limpios como son los ventiladores y disipadores de fuentes de alimentación, tarjetas gráficas y procesadores. 

 

Por último y gracias a la digitalización tenemos la opción de no imprimir tanto papel, ahorrando energía y espacio en la oficina. Las oficinas sin papel son espacios eficientes, se reducen gastos de luz, tinta, tóner y papel, además de tiempo por parte de los empleados en clasificar y buscar la información archivada. Digitalizar una oficina lleva su tiempo, sí, pero a la larga será muy beneficioso para la empresa. 

 

Prácticas sostenibles en el entorno laboral

Las políticas de ahorro energético de las empresas, junto al uso de tecnologías eficientes y, por supuesto, los hábitos de los empleados suman puntos a favor de un consumo responsable de la energía en el ámbito laboral. Existen otras acciones que nos pueden ayudar a optimizar el uso de la energía y los recursos en el trabajo: 

 

  • Recicla y reutiliza materiales siempre que sea posible y utiliza recursos que no tengan una huella tóxica. 

  • Evita materiales desechables y de un solo uso.  

  • Utiliza cargadores solares ya que generan energía limpia y renovable. 

  • Optimiza el consumo de agua en zonas comunes como son los baños o el comedor. 

  • Reutiliza piezas de equipos que sigan funcionando bien como los teclados y cables de PC, ratones, etc. 

  • Programa mantenimientos para los equipos de climatización y contribuye a que funcionen correctamente no dejando puertas o ventanas abiertas mientras estén encendidos. 

  • Utiliza las escaleras para moverte y así evitaremos el gasto de luz que supone el uso de los ascensores.

 

Modificando unos sencillos hábitos por parte de los trabajadores se puede conseguir un ahorro sustancial en la factura de la luz y del gas de las empresas, pero además en TotalEnergies te ayudamos con el asesoramiento que necesites y te ofrecemos diferentes tarifas que se adaptan a las necesidades de cada compañía.  

 

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