La industria es el principal consumidor de gas natural en España. En 2019, la demanda industrial de gas natural alcanzó el 54% del total de la demanda de gas en España según Enagás, el operador de la red de transporte de gas natural. Tras el uso industrial, la generación de electricidad acaparó el 28% de la demanda de gas, el uso doméstico y comercial el 15%, y el resto se destinó a la carga de cisternas de gas licuado para plantas satélites de gas.

El uso industrial del gas natural ofrece tres ventajas principales:

• Se suministra de manera continua y fiable gracias a las infraestructuras de gas canalizado.
• Presenta una combustión más limpia que otros combustibles
• Es muy competitivo económicamente frente a otras fuentes de energía

El gas natural tiene una gran variedad de usos en la industria: por un lado como fuente de calor, y por otro lado como materia prima para la producción de plásticos y productos químicos.

Como fuente de calor, el gas natural se usa en calderas industriales y en sistemas de calentamiento en procesos de producción industrial de metales, caucho, plástico, cemento, vidrio y cerámica.

Las calderas de gas industriales producen vapor o agua caliente a alta o baja presión para uso en distintos procesos industriales. En general, hay dos tipos de calderas utilizadas en aplicaciones industriales: calderas acuotubulares o pirotubulares. El uso de uno u otro tipo depende de las necesidades de cada proceso industrial.

Los hornos industriales de gas se utilizan en la producción metalúrgica para precalentamiento en trenes de laminación en caliente, en tratamientos térmicos y otros. En el sector cerámico se emplean hornos de gas tipo túnel, que disponen de una alta capacidad de producción y muy buena eficiencia energética. Además, estos hornos se emplean en la fabricación de ladrillos y en la industria de alimentación, en procesos de cocción y secado. El gas natural también se utiliza para el tratamiento y la incineración de residuos.

Por otro lado, como materia prima, el gas natural se utiliza para la obtención de productos químicos tales como hidrógeno, etileno y metanol. El hidrógeno resultante se utiliza principalmente para producir amoníaco para fertilizantes, uno de los productos industriales más importantes derivados del gas natural. También para obtener productos farmacéuticos.

Además de los usos anteriores, existen aplicaciones de gas natural para deshumidificación, cada vez más populares en las industrias del plástico, productos farmacéuticos, repostería e incluso reciclaje. En todos estos casos, el aire húmedo puede dañar el producto final durante su fabricación. Por ejemplo, en la industria del plástico, la humedad puede causar grietas y manchas durante la fabricación de ciertos tipos de plásticos. Gracias al uso de sistemas deshumidificadores con gas natural, se puede regular la cantidad de humedad en el aire, lo que permite garantizar una mejor calidad de conservación del producto. Otra aplicación innovadora de los sistemas de deshumidificación con gas natural se encuentra en la producción de baterías de litio. Los compuestos de litio son altamente higroscópicos y pueden reaccionar con vapor de agua para formar hidróxido de litio e hidrógeno, liberando calor. La humedad afecta directamente al rendimiento y la vida útil de las baterías eléctricas de litio. Para evitarlo, es preciso mantener en el ambiente de las salas de producción una humedad inferior al 1%.

Otra de las aplicaciones más importantes del gas natural en la industria es como combustible para la producción in-situ de energía en plantas de cogeneración. La cogeneración se considera una aplicación industrial, ya que permite la producción de electricidad y energía térmica consumidas directamente en el proceso industrial.

En resumen, el gas natural encuentra aplicación en casi todas las actividades industriales, en la mayoría de los casos con costes de operación más económicos que otras fuentes de energía.

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